Tesis destacada: “Incidencia del Plan Regulador Comunal en la formación de Zonas Climáticas Locales. Caso de Ciudad de Melipilla”

Imagen Diario La Tercera, noticia: El Niño empieza a evaporarse y aparece en escena La Niña, escrito por Carlos Montes, 18 de abril 2024.

El trabajo analiza el rol que podría jugar la planificación urbana en el establecimiento de criterios normativos que permitan propiciar mejores climas locales, intentando reconciliar bienestar social, crecimiento urbano y protección de recursos naturales. 

El caso de estudio de Lorena se centró en la ciudad de Melipilla, parte de la provincia menos poblada de la Región Metropolitana y la que cuenta con mayores recursos naturales y agrícolas. Además, existen proyectos de desarrollo territorial que la configuran como un enclave importante para proyectos de infraestructura y conectividad, lo que podría derivar en un aumento en la demanda de suelo y un intenso proceso de desruralización. 

La tesis concluye que comprender y analizar el clima urbano es fundamental para el desarrollo de instrumentos de Planificación Territorial. Estos instrumentos deben no sólo ordenar las actividades urbanas, sino también enfocarse en mejorar la calidad de vida de las personas puesto que variables como el clima afectan desde el nivel de confort de las personas, la salud de la población en general (medido por los niveles de polución, ventilación, presencia de olores y plagas) hasta la economía doméstica (aumento de precios de determinados alimentos, aumentos de tarifas de refrigeración y calefacción).

Contenido de la investigación 

La geógrafa sostiene que el desarrollo urbano puede inducir cambios significativos en las condiciones atmosféricas cercanas al suelo. En ciertas situaciones, especialmente en áreas con edificaciones altas, estos cambios pueden extenderse cientos de metros hacia la atmósfera, siendo de tal magnitud que configuran una variante climática propia: el clima urbano. Según Marsh (1997) el clima urbano típicamente se caracteriza por ser más cálido, menos iluminado, con menor circulación de vientos, más nubosidad, mayor contaminado y, frecuentemente,  más lluvioso que el clima regional en el cual está situado.

Representación esquemática de un domo de polvo sobre una gran ciudad durante una atmósfera en calma. Fuente: Marsh (1997), extracto de Tesis Lorena Mondaca Guajardo.

Entre los cambios específicos que la urbanización puede provocar en diferentes aspectos del clima urbano, se destacan los siguientes:

Aparición de temperaturas más elevadas en la parte central de las ciudades dando lugar a un núcleo más cálido o isla de calor que decrece hacia la periferia. 

Disminución de la evapotranspiración a causa de la vegetación menos densa y el escaso suelo desnudo, provocando un rápido escurrimiento del agua luego de la lluvia a través de sistemas de alcantarillado, desagües, colectores, lo que elimina el almacenaje de agua y su disponibilidad para la evaporación desde el suelo. 

Lorena Mondaca llevó a cabo una investigación exploratoria y descriptiva, utilizando la metodología de identificación de Zonas Climáticas Locales (ZCL), desarrollada por los investigadores de climatología urbana, Iain Stewart y Tim Oke (2012), que consiste en una herramienta ampliamente utilizada en diversas ciudades del mundo tales como Xi’an (China), Calcuta (India), Milán (Italia) y que permite, mediante variables físicas estandarizadas, comparar los efectos de sus desarrollos urbanos. Particularmente en la tesis, el objetivo era dilucidar y anticipar los posibles efectos climáticos derivados del actual Instrumento de Planificación Urbana en la ciudad de Melipilla.

 

Niveles de influencia urbana en la capa de la atmósfera. Fuente: Modificado a partir de Oke et al (2017), extracto de Tesis Lorena Mondaca Guajardo

Para definir las ZCL, se seleccionaron variables relacionadas a la morfología urbana como la altura máxima de las edificaciones, ancho de las calles, porcentaje de ocupación de suelo, manzanas, rasantes, uso de suelo y zonificación definida por el Plan Regulador Comunal. Además, Mondaca utilizó la técnica de teledetección para recolectar información remota de objetos en la superficie terrestre, lo que facilitó la generación de diagnósticos y la evaluación del estado de diversos recursos territoriales como la temperatura superficial y la vegetación en diferentes momentos del año. Complementariamente, se emplearon Sistemas de Información Geográfica (SIG) y análisis estadístico.

El estudio incluyó variables de la geomorfología, tales como las pendientes del terreno, orientación de las laderas, como también climáticas, como la temperatura superficial del suelo, índices de vegetación, precipitaciones, temperaturas y vientos. A partir de la simulación de un escenario de máxima edificación en manzanas destinadas a vivienda y/o equipamiento, y utilizando la metodología de Zonas Climáticas Locales de Stewart y Oke (2012), se encontró que el 83% de las manzanas se clasificarían como zonas de alta densidad de edificación de media altura para viviendas, y un 62% para equipamiento. Estas áreas se caracterizan por ser altamente urbanizadas, con escasa vegetación y cobertura de suelo, predominantemente pavimentadas, con altos niveles de impermeabilización, baja humedad, incremento del calor antropogénico, flujos de calor nocturnos hacia la atmósfera y reducidos valores de albedo.

Zonas Climáticas Locales para uso de suelo Vivienda y Equipamiento. Fuente: Tesis Lorena Mondaca Guajardo.

Con estos datos, Lorena pudo simular las Zonas Climáticas Locales para vivienda y equipamiento en la ciudad de Melipilla, analizando factores como la densidad, altura de edificación, cobertura del suelo, materiales de construcción, porcentaje de cobertura vegetal, grado de impermeabilización y porcentaje de superficie construida, entre otros. Como resultado, proporcionó recomendaciones específicas para cada zona, con el fin de orientar una planificación urbana que responda de manera efectiva a las necesidades climáticas locales.

Lo anterior, abre una puerta de análisis detallado a los Instrumentos de Planificación Urbana y su capacidad para incluir componentes normativos con un enfoque climático. 

La Ley General de Urbanismo y Construcciones, junto con su respectiva Ordenanza, regula la edificación a través de varios criterios: la altura máxima permitida, la relación de aspecto (altura máxima/ancho de vía) y el porcentaje máximo de ocupación del suelo.Adicionalmente, es posible calcular una cuarta variable utilizando software que determina el factor de visión del cielo (Sky View Factor) a partir de la configuración de las manzanas urbanas y su altura. 

Estas variables, de acuerdo con los autores, tienen un impacto directo en las condiciones climáticas locales, modificándolas en comparación con la condición regional. Sin embargo, a pesar de esta capacidad de influencia, la clasificación podría ser más detallada; actualmente, el Plan Regulador Comunal (PRC) no aborda aspectos como la materialidad de la construcción o la cobertura vegetal que debería tener cada zona, limitándose así a aportar sólo variables geométricas al análisis climático. De esta manera, el trabajo de investigación desarrollado por Lorena permite abrir la discusión hacia la incorporación de otras variables regulatorias.

 

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