
Como parte del proceso de acreditación institucional, las principales autoridades de la Universidad de Chile visitaron el Consejo de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) el pasado 30 de julio para compartir los resultados del informe de autoevaluación, tanto a nivel general como local.
En la instancia participaron la Rectora Rosa Devés, la Prorrectora Alejandra Mizala, el Vicerrector de Asuntos Académicos, Claudio Pastenes, y el director ejecutivo de Acreditación Institucional, Thomas Griggs, quienes expusieron los principales avances, desafíos y proyecciones del proceso.
La Rectora Rosa Devés abrió la exposición destacando de este proceso dos desafíos: la exigencia de que sean "por un lado, participativos y, por el otro lado, muy estrictos desde el punto de vista técnico". "Son desafíos que se han cumplido muy bien, porque en estos siete años el sistema de aseguramiento interno de la calidad de nuestra Universidad se ha ido consolidando. Justamente, creemos que una de las grandes fortalezas de este proceso es el desarrollo de una cultura asociada al aseguramiento de la calidad", agregó.

Esta idea fue reforzada por la Prorrectora Alejandra Mizala al destacar el trabajo de la Comisión Superior de Autoevaluación Institucional y de las comisiones locales, valorando especialmente los aportes de las CLAI, que han permitido recoger información de carácter cualitativo de los avances de las facultades e institutos que no se tiene a nivel central. Además, explicó que la experiencia con las CLAI en el proceso de autoevaluación institucional y la metaevaluación de la autoevaluación institucional realizada el 2024, permitió definir una nueva metodología de trabajo, que incorpora nuevos instrumentos y ciclos bianuales que entregan mayor tiempo para la implementación y evaluación de las acciones de mejoras.
Por su parte, el decano de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, Manuel Amaya, opinó que la visita de las autoridades superiores de la Universidad en el marco de la acreditación institucional “reafirma la importancia de estos procesos en tres ámbitos principales: en primer lugar, es imprescindible que una universidad compleja como la Universidad de Chile pueda visualizar su quehacer y su diversidad de manera cabal, para poder aprovechar mejor sus capacidades en función de su proyecto institucional y sobre todo, de su misión. En segundo lugar, los resultados del análisis servirán para orientar la gestión a corto plazo, corregir deficiencias y atender prioridades. En tercer lugar y muy importante, este proceso expone con claridad algunos de los desafíos que nuestra Universidad deberá abordar en el mediano plazo, pensando en las transformaciones necesarias para llegar al Bicentenario como una institución capaz de lidiar con los problemas del siglo XXI manteniendo su definición de universidad pública, laica y pluralista”.
Avances en interdisciplina y en vinculación con el entorno
La Prorrectora detalló los avances de la Universidad y de la FAU durante estos últimos siete años. Entre los más importantes está, precisamente, la transversalización del sistema interno de aseguramiento de la calidad, que abarca la autoevaluación institucional, la evaluación académica y la calificación académica y funcionaria, así como la calidad de los programas de pregrado y postgrado. Al respecto, una fortaleza que presenta la FAU es que la comisión local de autoevaluación se inserta en el vicedecanato, lo que favorece la vinculación entre los resultados de la autoevaluación y la gestión de la facultad. Además, su doctorado y cinco magister están acreditados y un sexto programa está en proceso. Asimismo, la carrera de Arquitectura está acreditada internacionalmente ante la RIBA (Royal Institute of British Architects).

Otro tema abordado fue la mejora en la titulación oportuna, un desafío que enfrentan todas las universidades. En la Universidad de Chile, este indicador ha mejorado gracias a estrategias de acompañamiento estudiantil, apoyo al cuerpo académico y optimización de los procesos de egreso. En el caso de la FAU, se han identificado nudos críticos en las trayectorias estudiantiles y se han implementado apoyos académicos, económicos y socioemocionales, además de ajustes curriculares. Las tres carreras de la facultad (Arquitectura, Diseño y Geografía) han mostrado avances, aunque la cohorte más reciente de Arquitectura presentó una leve baja en este indicador.
Formación interdisciplinaria y con impacto social
En los últimos años la Universidad ha impulsado una formación más flexible e interdisciplinaria mediante el desarrollo de certificaciones complementarias (minors), el Bachiller General y 58 programas articulados entre pregrado y magíster. En la FAU, este enfoque se refleja en la oferta de cursos transversales y proyectos en terreno que integran a las tres carreras bajo metodologías comunes, como el Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP). Por su parte, el Doctorado en Territorio, Espacio y Sociedad tiene un marcado carácter interdisciplinario.
En materia de investigación, la Universidad mantiene más de la mitad de sus publicaciones indexadas en Web of Science (WoS) en el cuartil 1 (Q1), con un total de 23.445 publicaciones entre 2018 y 2023, lo que representa un crecimiento del 3,7%. Miembros del consejo de la FAU señalaron que, si bien en Arquitectura no se aplica el mismo criterio de indexación, existen publicaciones en revistas internacionales de alto prestigio.
La vinculación con el medio es otro eje estratégico que ha sido fortalecido durante los últimos siete años. El fortalecimiento de la Vicerrectoría de Extensión y Comunicaciones, la aprobación de una política institucional en esta área y la implementación de la plataforma Siembra son algunos de los avances más relevantes. En la FAU resaltan iniciativas como la Escuela Nocturna de Obreros de la Construcción (ENOC), la colaboración con la Escuela de Dirigentas de Maipú y una variada oferta de actividades abiertas a la comunidad, como cursos, seminarios y charlas.

Infraestructura, apoyos y equidad de género
La Universidad de Chile cuenta con una infraestructura de 715.823 m² construidos, con más de 200 millones de dólares invertidos en proyectos estratégicos durante el periodo. En la FAU, en tanto, se ha remodelado el edificio G y las salas de clases, se han construido baños inclusivos, camarines, comedores, un espacio de co-work, nuevas plazas y se ha modernizado el equipamiento tecnológico. Adicionalmente, hoy se construye un nuevo casino y un taller de prototipos.
Otra de las fortalezas de la Universidad es el sistema de registro y caracterización socioeconómica de los estudiantes de pregrado, lo cual permite una buena gestión de becas y apoyos académicos. Tema fundamental para apoyar las trayectorias de sus estudiantes, sobre todo quienes enfrentan problemas económicos o académicos. Además de los programas de apoyo a nivel de la Universidad, en la FAU la Dirección de Asuntos Estudiantiles hace seguimiento y entrega apoyo académico y financiero a quienes lo requieren, con un foco en quienes son madres/padres o cuidadores.
Sin duda, la Universidad de Chile se destaca por buscar una educación con equidad de género. Gracias a ello, en 2022 recibió el reconocimiento del PNUD a través del Sello Genera Igualdad, por sus políticas y acciones orientadas a la equidad en este ámbito. La facultad forma parte del Sello, cuenta con la Subdirección de Género y Diversidades y, entre otras medidas, han realizado concursos académicos para favorecer al género subrepresentado.
Geografía y Diseño fueron parte de la muestra intencionada
La Comisión Nacional de Acreditación estableció una nueva metodología para evaluar el aseguramiento interno de la calidad: la muestra intencionada de carreras y programas. Según explicó el vicerrector Claudio Pastenes, en el marco de esta estrategia se seleccionaron once programas de la Universidad, entre ellos Geografía y Diseño, ambos de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo. Su objetivo fue analizar, en estos programas, seleccionados aleatoriamente, la transferencia de las normativas institucionales a los planes de estudio, así como la consistencia entre los distintos programas formativos. El análisis se centró en cuatro focos: diseño y actualización curricular; enseñanza y aprendizaje en función del perfil de egreso; cuerpo académico; y recursos operativos y económicos.
El vicerrector agradeció el trabajo de todos quienes colaboraron en la elaboración del informe que se presentó a la CNA el 11 de julio y destacó que fue una labor que implicó reflexión y mucho aprendizaje para las carreras seleccionadas. A su juicio, el uso de esta herramienta de autoevaluación tuvo dos efectos importantes. Por un lado, permitió que quienes están a cargo de la docencia en los más de 300 programas que ofrece la Universidad de Chile pudieran reflexionar sobre cuánto se alinean sus planes de estudio con las políticas y normas que guían la formación a nivel de toda la Universidad. Por otro lado, la información recogida durante el proceso, que luego fue ordenada y analizada por la Vicerrectoría de Asuntos Académicos (VAA), entregó un panorama muy valioso para la institución.
Aprovechar las capacidades en función del proyecto institucional
El director de acreditación institucional, Thomas Griggs, describió el modo en que se estructuró el trabajo de elaboración del informe de autoevaluación institucional, con el fin de hacerlo participativo. Por eso se crearon cinco subcomisiones y dos grupos de trabajo: de datos y de encuestas, se convocaron a las comisiones locales de autoevaluación y también se aplicaron encuestas a académicas/os, estudiantes, funcionarias/os, egresadas/os y empleadoras/es.
Finalmente, el director ejecutivo dio a conocer los próximos hitos del proceso de acreditación institucional: continuar con la socialización de los resultados del informe de autoevaluación, recibir la visita del comité de pares evaluadores entre el lunes 1 y el viernes 5 de septiembre y, antes del 22 de diciembre, conocer la resolución de la CNA.