La obra busca relevar el valor del trabajo textil de las mujeres de la cultura mapuche y se compone de cuatro cilindros que forman una instalación emplazada en el hall del Centro Cultural La Moneda.
La exposición “Meli Newen - Cuatro Fuerzas” involucra a más de 200 tejedoras, en su mayoría mapuche, quienes mediante un proceso de creación, a partir del witral (telar mapuche), fibras naturales y teñidos de origen vegetal, dan origen a textiles que se unen en diferentes propuestas de diseño y montaje, generando un gran tejido colaborativo único, que representa la unidad y la solidaridad.
La muestra, que se inauguró el martes 3 de agosto, se enmarca en la iniciativa “Tejido de Fraternidad”, liderada por la Facultad de Arquitectura, Artes y Diseño de la Universidad Católica de Temuco, la Fundación Tierra del Encuentro y la Asociación “Newen Ngürekafe” (“Fuerza de Tejedora”), cuenta con la participación de seis asociaciones de tejedoras y la colaboración de diversas empresas y familias donantes, además de organizaciones de la sociedad civil y todas las universidades de la región de La Araucanía.
El académico y egresado de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, (FAU), Domingo Arancibia es parte del grupo de arquitectos que diseñó esta exposición. El equipo está conformado además por Miguel Eyquem Vial (U. Valparáiso), Andres Peña (U. Diego Portales) y Leonardo Suárez (PUC).
La instalación consta de cuatro círculos conformados por cilindros de telares mapuche que cuelgan desde el cielo del hall del Centro Cultural. En el mundo mapuche, lo circular ha estado presente desde siempre en su concepción espacio-temporal, por ejemplo en la disposición de los asistentes a las ceremonias rituales, en los ciclos del día y en la representación gráfica del universo. En ese sentido, esta obra refleja también la relación de las cuatro fuerzas elementales, expresadas a través de un sistema donde todos los elementos del cosmos se relacionan y mantienen un equilibrio universal: el aire, el agua, el fuego y la tierra.
Dos de estos espacios recogen la materia prima, los vegetales que dan origen a los tintes, y el tercero refleja en su interior el cosmos sobre un espejo de agua. En tanto, el cuarto cilindro, conformado por un trazado en el piso de un poema del poeta mapuche y Premio Nacional de Literatura, Elicura Chihuailaf, da cuenta -mediante el vacío de este espacio- del sentido del viaje, del devenir y del tejido en una continua creación.
“Queremos invitarles, a través de nuestro arte textil, saberes y cosmovisión mapuche, a vivir una experiencia que hemos traído desde nuestro territorio a la ciudad de Santiago. Esta instalación es una expresión más del trabajo que venimos realizando al alero de ‘Tejido de Fraternidad’, con quienes hemos generado nuevas posibilidades en medio del complejo contexto social, de salud y económico en que hemos estado viviendo. Con este apoyo nos hemos sentido más empoderadas, pues nos han reconocido en toda nuestra dignidad, acompañándonos para que mediante nuestro oficio logremos sustentarnos económicamente y ser también reconocidas por la belleza de nuestra presencia como pueblos originarios”, señaló la tejedora y representante del proyecto que comenzó en La Araucanía, Anita Paillamil.