El encuentro se enmarcó en la conmemoración de los 25 años desde que las 16 iglesias de Chiloé fueron declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO.
El Decano de la FAU, Prof. Manuel Amaya, abrió la ceremonia destacando que la publicación “no sólo habla de arquitectura, sino que es un ejercicio sensible de memoria y de escucha. La madera aparece aquí no como simple material, sino como protagonista vivo de una arquitectura que respira y guarda en sus vetas la historia de un pueblo entero”.
Durante el acto se dio lectura al prólogo del libro, escrito por Sonia Montecino, quien no pudo asistir personalmente, por motivos de fuerza mayor. La
Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales, Sonia Montecino Aguirre, describió el libro como “una estratigrafía patrimonial que devela los anillos de tiempo de la madera, sus voces y sus silencios, recordándonos que sin comunidad no existiría la devoción esculpida y tallada en los templos”.
La actividad incluyó un conversatorio moderado por la periodista Vivian Lavín Almazán, conductora del programa Vuelan las Plumas, quien subrayó el carácter abierto del texto: “Este no es un libro técnico en un sentido frío. Es una obra que se deja leer y escuchar, donde la madera se convierte en un personaje con voz propia”.
En su intervención, Antonio Sahady, académico del Instituto y Patrimonio de la FAU, expresó: “Restaurar no es congelar en el tiempo, sino dialogar con la historia y con las comunidades que habitan estos espacios. Queremos que el libro sea leído como un instrumento de protección, capaz de despertar conciencia y cariño hacia este patrimonio que poco a poco se olvida”.
Por su parte, el profesor Constantino Mawromatis del Departamento de Urbanismo, enfatizó los desafíos actuales: “El libro plantea más preguntas que respuestas. Nos obliga a pensar cómo intervenir en un patrimonio vivo en tiempos de transformaciones globales, cuando el bosque nativo desaparece, los oficios tradicionales se diluyen y las políticas públicas resultan insuficientes”.
El académico Max Aguirre definió la publicación como “un ensayo, un manifiesto y un homenaje”. Según explicó: “Ensayo, por la calidez con que se exponen los valores arquitectónicos y humanos; manifiesto, porque denuncia los riesgos que enfrentan estas construcciones; y homenaje, porque reconoce el trabajo anónimo de carpinteros y comunidades que las levantaron con fe y resistencia”.
La ceremonia cerró con un reconocimiento al histórico Programa Chiloé, nacido en la FAU en 1976, que durante cinco décadas ha investigado y acompañado los procesos de conservación del patrimonio chilote.
Publicado por Editorial Pehuén, con diseño de Camila Ríos y fotografías de Carlos Hevia Riera, el libro La voz de la madera en las iglesias chilotas ya está disponible en librerías y se proyecta como un aporte tanto para especialistas como para lectores interesados en la memoria cultural y arquitectónica del país.
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