El megaproyecto, ubicado en la comuna de Providencia, en el sitio donde anteriormente se emplazaba la Facultad de Ciencias Químicas y Farmacéuticas, albergará a la Facultad de Gobierno, al Instituto de Estudios Internacionales, al Centro de Extensión Artística y Cultural (CEAC), al Departamento de Postgrado y Postítulo y a la Dirección de Relaciones Internacionales.
Además, cuenta con la mejor y más moderna sala de conciertos del país -pronta a inaugurarse-, salas de ensayo para la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile, el Ballet Nacional Chileno, el Coro Sinfónico y la Camerata Vocal Universidad de Chile. Contará también con una sala de acondicionamiento físico, estacionamientos subterráneos, entre otras instalaciones.
De esta manera, Vicuña Mackenna 20 busca impactar en la recuperación de espacios públicos del centro de la capital, abriendo un importante espacio a la ciudadanía con instancias de encuentro, esparcimiento, de atracción artística y cultural. Así debieron concebirlo y diseñarlo Iglesis Arquitectos y Diéguez Arquitectos, oficinas lideradas por Jorge Iglesis y Marcial Diéguez, ambos arquitectos FAU y que fueron escogidos por concurso público en el año 2010 para liderar este ambicioso proyecto.
Los arquitectos Marcial Diéguez y Jorge Iglesis a cargo del diseño del nuevo Complejo UniversitarioVM20
"Entrar en un edificio como éste, de esta magnitud y de esta complejidad, significa tener una absoluta certeza y confianza en lo que nos depara el futuro, como la universidad más grande y más importante de Chile", señalaron los arquitectos tras asistir este 11 de junio a las primeras sesiones de afinación de la nueva Gran Sala Sinfónica Nacional en el inmueble que ellos diseñaron.
Marcial Diéguez explicó que es "un proyecto bastante especial porque en la zona de Vicuña Mackenna reúne el Centro de Extensión Artística y Cultural, en la zona central del edificio está el Instituto de Estudios Internacionales, con el área de postgrado y hacia el sector de Parque Bustamante, se ubica la Facultad de Gobierno, antiguamente la INAP".
"Hay pregrado y postgrado, hay extensión artística y cultural dentro del mismo edificio. Por lo tanto, va a ser un edificio muy interesante de recorrer, son ocho pisos del primer piso hacia arriba y cinco pisos en subterráneo, o sea, es un edificio de 13 pisos, pero que no se nota, así que es muy interesante", detalla el arquitecto Diéguez, cuya oficina fue una de las primeras en construir edificios en altura en Chile y alcanzando una superficie construida sobre 1.000.000 m2.
Por su parte, Jorge Iglesis coincide uno de los mayores desafíos fue poder acomodar en el espacio unidades muy diversas. "Eran programas muy diferentes y había que instalarlos felizmente a todos, que se acompañaran y que mantuvieran el espíritu de nuestra universidad, que es una universidad abierta a todos, participativa, democrática, pluralista. No es una universidad cerrada, por eso la idea básica de este proyecto es un gran patio, que cruza desde Ramón Carnicer, el Parque Bustamante, hasta Vicuña Mackenna. Esa es la idea, un gran patio, y ahí está la INAP, el CEAC, y todas las unidades se acomodan en torno a este patio, que es un patio que uno puede cruzar y atravesar como un ciudadano de Santiago".
Asimismo, para los arquitectos otro requerimiento especialmente desafiante fue el encargo de instalar la sala de conciertos para más de mil personas en el subterráneo del edificio. "Ese fue uno de los desafíos más complejos, pero se logró". En esa línea, para ellos parte de los logros es que el edificio "esté abierto a todos, que invite a participar, a entrar, a circular por él. Un edificio que, además, completa la manzana patrimonial que conforman los edificios Turri, que quedan frente a Plaza Italia. Un edificio que tuvo la generosidad de despegarse por la calle Arturo Burhle para entregar una vereda de casi 10 metros, que no estaba dentro de la ordenanza municipal, pero que la Universidad la cedió como un boulevard universitario estudiantil".
En esta línea, el arquitecto Jorge Iglesis también destaca "la tremenda empresa que significó salvar la fachada de la antigua Facultad de Química y Farmacia de la Universidad de Chile, del arquitecto Eugenio Joannon, que era de indudable valor patrimonial y que la mantuvimos en el mismo lugar, con las mismas características, pero en un nuevo rol. Ya no es una fachada en un antejardín de principios del siglo pasado, sino es la fachada que le da sentido al hall de entrada a Vicuña Mackenna 20. Un hall de ocho alturas que se ilumina y que es presidido por esta fachada que da la bienvenida".
Finalmente y en palabras de la Rectora Rosa Devés, tras las jornadas de ensayo de la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile en VM20 “ninguno de nosotros olvidará este día. No se trata sólo de un ejercicio técnico, por importante que éste sea. Es, para muchos de nosotros y nosotras, llegar a la meta después de un largo caminar, con esfuerzo y voluntad inmensos. Esta obra pertenece a toda la Universidad, cada cual hizo su aporte en estos años, poniendo en pausa otros proyectos para privilegiar la construcción del Complejo VM20 o dedicando parte importante de su trabajo a volverla realidad. Aquí queda su huella, que es reflejo del compromiso de esta Universidad: servir a Chile".