El diseñador, docente de la Universidad de Buenos Aires y parte del taller tipográfico argentino "Prensa La Libertad", Federico Cimatti, visitó la FAU el 28 de octubre para dictar una charla junto a Felipe Cáceres, del Taller Choike de Valparaíso, y luego realizar una clínica para estudiantes. Las dos instancias tuvieron una alta asistencia, lo que demuestra el interés por conocer las experiencias menos convencionales del diseño gráfico.
Los eventos fueron organizados por el grupo La Nueva Gráfica Chilena con el apoyo del Área de Diseño del Consejo de la Cultura y las Artes, en el marco del Mes del Diseño 2014.
Antes de participar de la charla, Cimatti conversó con nosotros y, además de contarnos sus orígenes en el trabajo gráfico y su formación en la educación pública, nos explicó a fondo el trabajo de Prensa La Libertad:
¿Cuál es el trabajo que realiza Prensa La Libertad en Argentina?
Su labor se podría definir de varias formas, pero en un principio Prensa La Libertad es una imprenta tipográfica. Tiene dos costados, uno es el trabajo mío como diseñador que trabaja por encargo, y por otro lado todo un trabajo de obra gráfica, de producción de mensajes y activismo en la calle para sacarlos hacia afuera.
¿Con qué se relacionan esos mensajes?
Muchos tienen que ver con cosas que a mí me pasan. Si yo me sensibilizo con algo en la calle y luego lo proceso a mi manera, eso vuelve de alguna manera a la calle. Hay afiches que son más bien una pregunta, como uno de los últimos que dice "esto es real". El afiche se relaciona casi siempre con algo totalmente cerrado, pero a mí particularmente me gustan mucho más las preguntas que las respuestas.
¿En qué momento surge la idea de rescatar esta técnica más antigua?
Hay que aclarar que en Prensa La Libertad no existe algo como un "romanticismo técnico" sólo por el romanticismo. Esta técnica me llegó por un error… Yo trabajé mucho tiempo en imprentas haciendo volantes de pizzerías, donde la calidad era muy mala y no tenía tiempo para hacer las cosas que me gustaban. Ahí surge el concepto de Prensa La Libertad. Luego, un día en este trabajo alguien faltó, y justo habían mandado un pedido tercerizado a otro taller que era justamente tipográfico. Yo fui a buscar ese pedido y cuando entré a ese taller pasó algo, me encontré con este tipo de información. En paralelo yo venía haciendo stencils en las calles, entonces esas dos experiencias chocaron y de eso surge Prensa La Libertad. No es un romanticismo solo por el hecho de ejercer algo vintage, sino que es el modo que encontré para poder expresarme.
¿Y cómo logran relacionar este trabajo con las nuevas tecnologías en el diseño gráfico?
Yo uso muchas cosas relacionadas a la tecnología más reciente como el corte láser, pero para mí cada herramienta sirve y no es la única. Tenemos una pata en la digitalización, pero la mayoría de este trabajo es muy físico, tangible y real. Yo desarrollo mucho el concepto que conlleva que las personas se acerquen a mis afiches y puedan ver hasta la caída de la tinta.
Ahora, también es interesante ver cómo se desarrollan los medios de difusión de los mensajes con las nuevas tecnologías, porque ha pasado que algunos afiches míos se difundieron mucho por redes sociales. Es interesante ver cómo esta imagen en papel llega a difundirse por medios digitales.
Por último, ¿con qué ideas llega Prensa La Libertad a Chile y a trabajar con grupos como La Nueva Gráfica Chilena?
Toda esta gestión es gracias a La Nueva Gráfica Chilena, y el plan es trabajar en conjunto con productores locales. Estoy conociendo cosas muy interesantes que están pasando por estos días en Chile y que me sorprendieron, como el Taller Mano Alzada, donde veo una muestra increíble de voluntad. El plan entonces es conocernos y errar… hay que errar juntos.
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