El Concurso 2010 para la creación de Núcleos de Ciencias Sociales de la ICM, adjudicó seis nuevos centros de investigación - de las 39 iniciativas propuestas en mayo pasado- dentro de los cuales fue escogido el proyecto "Vulnerabilidad y desastres socionaturales", presentado por académicos de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo, en conjunto con la Facultad de Ciencias Sociales, de la Universidad de Chile.
Los Centros de Investigación tienen por objeto tratar materias interdisciplinares que contribuyan a la discusión y análisis de las políticas públicas que se están implementando en el país. El proyecto "Vulnerabilidad y desastres socionaturales" analizará de forma multiescalar el tema de los riesgos socionaturales, concepto que hace referencia a la necesidad de comprender los efectos provocados por los desastres naturales en la vulnerabilidad social.
El equipo está conformado por el investigador responsable Doctor Hugo Romero, Director de Postgrado y académico del Departamento de Geografía de nuestra Facultad; y la investigadora responsable suplente, Doctora Sonia Pérez, Directora de Investigación y académica del Departamento de Psicología de la Facultad de Ciencias Sociales. Los investigadores asociados son los académicos Ricardo Tapia y Jorge Larenas del INVI; y las académicas Catalina Arteaga, del Departamento de Sociología, y Adriana Espinoza, del Departamento de Psicología de la FACSO.
De esta manera, el grupo de investigadores analizará a las comunidades del país que han sido afectadas por terremotos, aluviones y erupciones volcánicas, para determinar el patrón común de la vulnerabilidad. Finalmente, se espera establecer un diseño óptimo para la prevención y promoción de las estrategias utilizadas en este tipo de emergencias naturales.
Cambios sociales en la manera de pensar frente a los riesgos
La tendencia al incremento de los llamados desastres naturales se puede observar a nivel internacional, y sin duda es un tema que se ha integrado en la agenda de las preocupaciones mundiales. Chile ha sido escenario de grandes manifestaciones naturales, como el aluvión ocurrido en Macul en 1991, la erupción del volcán Chaitén el 2008 , y el reciente y gran sismo acontecido el 27 de febrero del año recién pasado, ha marcado profundamente la conciencia social.
El Doctor Hugo Romero explica que debido a esta tendencia de riesgo, en la sociedad han surgido dos grandes paradigmas. El primero tiene relación con la confianza que se ha intentado integrar en el colectivo sobre el dominio del hombre en la naturaleza; y el segundo, hace referencia a la magnitud que traen estas situaciones en la reacción común que tiene la comunidad.
"Debido al último sismo ocurrido en Japón, se puede observar que esta situación alcanza su máxima manifestación y ratifica lo que se venía discutiendo fuertemente en los círculos académicos sobre hasta qué punto se había generalizado la idea de que efectivamente la tecnología y la ingeniería iban a ser capaces de enfrentar estos grandes desafíos", manifestó el académico, Dr. Hugo Romero.
En las últimas décadas, los países desarrollados han modificado la idea de dominar a la naturaleza, y han tomado partido por no enfrentarla y tratar de convivir con ella de manera equitativa. En el caso de Chile, la idea frente a estas situaciones varía, puesto que predomina una actitud de resignación, apoyándose en reacciones intuitivas.
"Hay un cambio de paradigma que se nos viene encima y se podría resumir en que nuestras ciudades, industrias e infraestructura no podrán seguir siendo instaladas en cualquier parte. Ahora los riesgos en particular van a tener que ser debidamente considerados. Se genera una dimensión del desarrollo urbano, territorial y regional del país que hasta ahora no había tenido la fuerza que tiene, y no tan sólo en Chile, sino también en todo el mundo", manifiesta el académico.
Por otro lado, se encuentra la reacción colectiva que surge frente a las emergencias naturales de este tipo, puesto que el comportamiento usual de la sociedad es olvidar los acontecimientos negativos que inciden en su evolución, lo cual provoca que en la memoria estas situaciones pierdan la relevancia que ameritan. Hasta el momento, uno de los comportamientos intuitivos más recurrentes ante estas situaciones es el escapar de estos peligros.
"Estas conductas son parte de las ciencias sociales, de la psicología social y de la actuación de las familias, y no lo podemos desconocer porque es muy importante, y tenemos que tener cuidado de no ‘institucionarlas', porque podría dañar esta respuesta intuitiva y reemplazarla por un organismo que supuestamente van a tener la capacidad de dirección y que probablemente no la tendrán en el momento de la emergencia y podría generar una erosión de la credibilidad", expresó Hugo Romero.
Precisamente son los circuitos informales de flujos de información los que comienzan a dirigir la situación, y este aprendizaje social debe ser fortalecido y complementado por un trabajo en conjunto con la educación, los sistemas formales y las instituciones.
Es así, que el proyecto pretende tratar las dimensiones socioambientales que pongan énfasis en los aspectos sociológicos, psicológicos y territoriales de las acciones que controlan el comportamiento humano. Además, implica un ámbito profundo de reflexión social que requiere desarrollarse en un ambiente universitario, principalmente por el rol que posee la Universidad de producir este tipo de conocimientos.
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