La Cordillera de Los Andes que compartimos con Argentina, y en el extremo norte con Bolivia, alberga cerca del 90 % de los glaciares de Sudamérica, sean blancos, cubiertos o rocosos, así como una gran superficie de terrenos congelados (permafrost) cuyo conocimiento aún es escaso. No cabe duda que toda esta gran masa de hielo, así como las nieves persistentes y estacionales, constituyen una importantísima reserva hídrica, más aún ante los desastrosos efectos del cambio climático y de los prolongados déficits de precipitaciones. Es evidente que en un significativo porcentaje la actual disponibilidad de agua en Chile es glacio- dependiente, y lo será más en el mediano plazo.
Ante este escenario, además de la necesidad de una Ley de Protección de la Criósfera Andina (todas las formas de presencia de agua en estado sólido), la existencia y función de una unidad como la Unidad de Glaciología y Nieves (UGN) de la Dirección General de Aguas (DGA) es fundamental para el desarrollo sustentable del país, tanto por sus propias investigaciones glaciológico-científicas, que la convierten en un organismo público único, como por la realización y actualización permanente de los inventarios de glaciares y el proyecto de inventario del permafrost, otra fuente hídrica poco conocida.
Profesor Francisco Ferrando, Geógrafo Universidad de Chile
Cabe relevar que los cuerpos criosféricos no son solo agua en estado sólido con mayor o menor persistencia en la montaña, son parte del glaciosistema y, por tanto, parte fundamental del ecosistema andino, cumpliendo además funciones climáticas por ser termo reguladores, enfriadores de las masas de aire y aportadores directos de humedad atmosférica por sublimación. A ello se suma su aporte hídrico tanto superficial como subterráneo (napas) y la mantención de los humedales de montaña, hidrosistemas básicos para la mantención de la fauna andina y de prácticas como las veranadas (trashumancia) del norte del país.
En este sentido, la UGN no ve a los glaciares solo como agua, sino que cubre gran parte del espectro de las funciones glaciológicas y ambientales (por ejemplo servicios ecosistémicos) de la Criósfera, situación que se podría ver seriamente afectada al ser incorporada como una División de Hidrología de la DGA, donde la atención está puesta solo en el agua en estado líquido.
Profesor Pablo Sarricolea, Geógrafo Universidad de Chile
A lo anterior, y de gran trascendencia, es el hecho que ante la existencia de un solo glaciar monitoreado continuamente en Chile (Glaciar Echaurren) a nivel de balance de masa, y, por tanto, único que figura en el WGMS (World Glacier Monitoring System), la UGN ha estado estableciendo convenios de cooperación científica con diferentes universidades para subsanar esta increíble situación y poder instrumentalizar muchos otros glaciares con el objeto de registrar y conocer sus balances de masa, así como proyectar su permanencia como reserva hídrica para las futuras generaciones dados los efectos de las alteraciones climáticas (Climate Forcing), en gran medida responsabilidad de la humanidad.
Por estas razones, y posiblemente otros fundamentos, el Departamento de Geografía de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Universidad de Chile, considera de suma importancia que la Unidad de Glaciología y Nieves mantenga su condición, es decir, independiente administrativamente de la de División de Hidrología y, aún más, que vea fortalecido su trascendental rol en pro de un necesario incremento del conocimiento y del resguardo de la Criósfera.
Firman
Dr. Francisco Ferrando A.
Profesor Titular
Universidad de Chile
Dr. Pablo Sarricolea E.
Profesor Asociado
Universidad de Chile