Ana María Rugiero Pérez
Doctora (c) en Arquitectura y Urbanismo
Magister en Pedagogía Universitaria
Arquitecta
No es difícil comprobar esta vocación académica al revisar su carrera como alumna, tuvo a su cargo cursos de la ENOC; fue monitora en Seminarios para 5º año impartidos por el Prof. don Claudio López. Ya titulada, ejecutó labores de extensión de la Facultad, y del Depto. de Diseño; realizó investigación con la Prof. Sofía Letelier y se desempeñó como Ayudante ad honorem con la Prof. Magda Anduaga: "Soy arquitecta de la Universidad de Chile y mi formación como docente comenzó en la FAU. Reconozco en estos tres destacados académico de la FAU a mis formadores iniciales".
La investigación, como disciplina en sí, y también como instrumento para la docencia, ocupaba no sólo su quehacer sino su pensamiento: no ocultaba - ni pretendía hacerlo - su fascinación por cierto método de estudio en que como elemento nuevo, aparece el aprendizaje autoconstruido. A este propósito, se ocupaba últimamente en desentrañar un enigma: en qué momento el alumno cambia su actitud pasiva y receptiva, por una actitud proactiva y comprometida. Corolario de lo anterior, fue que con el respaldo de la Vicerrectoría de Asuntos Académicos, vio la luz su libro "Evaluación del Aprendizaje Autocontruido Motivando la Autonomía del Universitario", culminación de un trabajo de investigación llevado a cabo junto a los profesores A. Apip y A. Hirmas.
Su enamoramiento por la Teoría le era inocultable, y cualquier producción artística podía motivar en ella un señero análisis estético, una justificación exegética, e incluso una proposición ontológica. Como virtud rara, Ana María Rugiero tenía la capacidad de prescindir de los tecnicismos y de evitar las expresiones vacuas. Por ello, su charla era cautivante, y ello no sólo para sus pares, aún cuando sería casi segura su incursión en lo metafísico y en lo axiológico.
Reconocía en la obra de José Ricardo Morales "un doble aporte: la crítica a los conceptos nucleares del Movimiento Moderno, y la observación desinteresada del estar y el poblar del ser humano". Y en la obra de Ortega y Gasset y de Heidegger hallaba "la posibilidad de abordar niveles importantes de abstracción, de reflexión filosófica, sobre el sentido y fundamento de la Arquitectura". Últimamente le ocupaba el hecho de que "el ‘ser', factor nuclear de la cosmovisión occidental, cede ante la consideración de los ‘procesos' que ha sido una constante en las culturas del lejano oriente".
Dedicada al estudio, a la investigación, a la extensión y a la docencia universitaria de la Teoría, de la Historia y de la Crítica de la Arquitectura tanto latinoamericana como nacional y también universal, halló en lo contemporáneo y en lo moderno los factores "relevantes para la formación profesional de Arquitectos proactivos e innovadores". La motivaba la creación de cursos que estimularan la creatividad, la innovación y el emprendimiento, motivándola en idéntico sentido la reforma curricular del área, proponiendo nuevos métodos y técnicas de enseñanza/aprendizaje.
Con cursos y seminarios específicos sobre la enseñanza de la Arquitectura, complementó su Magíster en Pedagogía Universitaria. Se ocupaba de afinar su Tesis de Doctorado en Arquitectura, en el Programa Conjunto de Arquitectura y Urbanismo Universidad Politécnica de Madrid / Universidad de Chile.
"Me ha resultado eficaz, para la formulación de los programas y para los procesos de aprendizaje, considerar en forma explícita, tres niveles diferentes de discursos de carácter teórico: enfoques, postulados y reflexión especulativa. El primero se da en la fundamentación de un proyecto u obra; el segundo corresponde al conjunto de máximas preestablecidas por un profesional o un grupo, que rige la propia producción; y el tercero es el que ponen en crisis el ‘objeto' - la Arquitectura - desentrañando criterios que trascienden los casos particulares que pudieran servir de referencia" (Cartas de Motivación al Concurso Académico jornada completa - 2011)
Ejerció también la docencia formulando y dictando cursos de post título para Profesores de Artes Plásticas organizados por la Vicerrectoría de Extensión de la U. de Chile. En la USACH, por otra parte, dictó el Curso de Innovación y Creatividad.
En el ámbito privado, en la Universidad Mayor se le encargó la docencia en Espíritu Emprendedor y la dictación del Curso de Teoría y Crítica de la Arquitectura, a lo que se agregaron luego los Cursos de Espacio y Percepción, e Historia del Arte y de la Arquitectura. En la Universidad de la República dictó también este Curso.
Corolarios de lo anterior fueron sus desempeños como Profesora Guía de Alumnos en Proceso de Titulación y como Profesora Guía de Proyectos de Título, a solicitud de alumnos de la Universidad Mayor. En la FAU integró Comisiones de Examen de Prácticas Profesionales, y Comisiones de Examen de Seminarios.
Autora de publicaciones nacionales e internacionales y participante como ponente o como invitada en congresos nacionales e internacionales, y exposiciones en seminarios, mesas redondas y charlas, derivadas de los proyectos que formulaba y que desarrollaba mayormente como Investigadora Responsable.
En lo gremial, sólidamente unida al Colegio de la Orden, tuvo ocasión de hacerse cargo de la Secretaría Ejecutiva de El Castillito. En lo administrativo, como Experta Invitada integró la Comisión de Modernización Curricular en la Escuela de Arquitectura y Urbanismo.
Al decir un colega suyo, Profesor Patricio Duarte, "Ana María siempre se caracterizó por un marcado interés en el conocimiento como camino de perfección intelectual, que hacían de ella una persona inquieta, deseosa de investigar, discutir y transmitir sus ideas sobre la arquitectura, disciplina que le apasionaba sin disimulo. Dicha actitud se combinaba con su carácter afable y transparente haciéndola ser una persona de trato fácil, acogedora y leal, y siempre bien dispuesta hacia los demás. Igualmente ahora logro comprender su humildad y generosidad, realizando su trabajo en forma silenciosa, autónoma y con gran rigor en pos de aportar al conocimiento de la disciplina arquitectónica, virtudes que paradojalmente no son muy comunes en nuestro medio académico, donde más bien prima el afán por sobresalir indisimulada y competitivamente. El Profesor Jaime Díaz bien decía, a los que asistimos a su funeral, que Ana María había llegado silenciosamente a nuestra Facultad y que había partido de la misma manera. En ese sentido Ana María nos ha dejado una gran lección, tal como toda buena profesora y maestra debe hacerlo. Ella ha demostrado que fue una persona extremadamente consecuente e íntegra, guiada por sólidos principios superiores que se veían reflejados en su pensar y en su actuar".
En su espacio familiar deja a su marido y gran compañero Raúl, su única y amada hija Ana María quien como decía ella fue, desde que nació "su amiga para toda la vida"; tres hermanas, Elsa, y las chicas, Nora y Vanessa. Todo en su cotidianidad se impregnó de ella, tanto en lo inefable de lo artístico como en lo riguroso del método. La persistencia de su espíritu bondadoso como punto de inicio de todo: como inicio de un pensamiento, como inicio de una acción, como inicio de una proyección, como inicio de una relación bipersonal, tripersonal, multipersonal., sincera y dulce mitiga en parte la ausencia de su persona en el seno de su familia.
... y así la recuerda su hermana Elsa "siempre entusiasmada explorando y descubriendo los misterios del hombre y del universo, buscadora incansable del sentido de la vida desde muy pequeña, no le conocí preocupaciones por las cotidianidades que son tan importantes para otros personas. Su esposo dijo cuando la conoció ... si en esta época aún creyéramos que la Tierra es plana Mery estaría seguramente en el borde mirando que hay mas allá...
Como médico me ha tocado acompañar a muchas personas a dar el paso de esta vida a la otra y casi siempre, aún los jóvenes, cuando sienten su muerte cercana, logran ver que han usado algo o todo su tiempo en cosas banales y se arrepienten de eso. Mery nos da un ejemplo de cómo vivir para que eso no ocurra, ella ocupó todo su tiempo puliendo su propia persona para trascender y creando para los hombres".
...y así le recuerda su marido, "tengo claro que la conocí en una noche de invierno, en un festejo ¿de cumpleaños de alguien?. Sé que luego de esa sabrosa velada, salimos varias veces, a tomar once o a conciertos; sé que le pedí pololeo un día de Diciembre. Todo eso en el año 1968. Ella por su parte, sabía qué día yo me le había declarado, y qué día le había pedido permiso a su padre para pololear. Seguramente sabía cuántas veces habíamos salido, en qué fechas y a qué lugares. Es posible que también recordara la oportunidad en que le di un primer beso (yo no podría acordarme de esto porque me desmayé). Antes de todo eso - antes de conocerla - la vida era una suerte de programa-a-cumplir. Luego de eso, la vida pasó a ser un-argumento-a-escribir. Había entusiasmo por escribirlo. Yo creo que Mery también tenía su argumento-a-escribir, y por allí se explicaría su entusiasmo, su porfiada perseverancia, su esforzada dedicación y su compromiso personal con muchas de las cosas que hacía. Eso lo tienen claro los que la conocieron".